viernes, 26 de octubre de 2018

¡EN PONIENTE TAMBIÉN LEÍAN A LOS GRIEGOS!

¡Es tiempo de épica, mis pequeños clasicistas! El pasado miércoles, de hecho, celebramos el día de San Crispín y recordamos a los “felices pocos” de Agincourt. Dejo aquí para vosotros una nueva oportunidad de ganar un punto extra para el examen y, ya sabéis, algo más.
Nos trasladamos en esta ocasión al muy sangriento reino de Poniente de Juego de Tronos, donde hace cada vez más frío y los caminantes blancos amenazan por igual a Stark, Lannister, Baratheon y Targaryen, mientras estos guerrean por el trono de hierro. El caso es que también la serie estrella de la HBO tiene sus deudas con la Cultura Clásica. En el capítulo noveno de la quinta temporada, la siniestra Melisandre ha convencido a Stannis Baratheon de que debe sacrificar a su propia hija, la encantadora Shireen, como ofrenda al Señor de la Luz. No se lo piensa dos veces -ya sabéis cómo se las gastan en Poniente- y Stannis ordena quemarla viva, como aquí podéis ver.



Este episodio está directamente inspirado por otro protagonizado por uno de los héroes griegos de la Ilíada de Homero. Vuestro trabajo, ya lo sabéis, es averiguar en qué héroe griego de la Ilíada se inspira Stannis y resumir el episodio en cuestión.
No es fácil, así que os doy una pista. Fijaos en la mano de Shireen de camino a la hoguera. En ella lleva un pequeño juguete de madera, un ciervo, y este animal cumple un papel importante en el episodio por el que os pregunto.

¡A ello, valientes!

EL JUICIO DE PARIS Y LA MANZANA DE LA DISCORDIA



Veíamos hace algunos días que, cuando el arqueólogo Schliemann desenterró los restos de la cultura micénica, los relacionó con los héroes que, según la leyenda, habrían navegado hasta Troya (en la actual Turquía) para recuperar a la bella Helena. Adentrémosnos, pues, en esta historia y busquemos los orígenes míticos, no históricos, de esta guerra.
Según los relatos, Aquiles, el gran héroe griego, era hijo del mortal Peleo y Tetis, la divinidad marina que daba su nombre al mar de Tetis, una de las masas de agua que rodeaba Pangea hace más de doscientos millones de años. [Añadid este ejemplo a la sección de pervivencia de vuestros cuadernos].
Cuando todos los dioses estaban reunidos en las bodas de Tetis y Peleo, Éride, la diosa de la Discordia, enfadada por no haber sido invitada, lanzó en medio de ellos una manzana de oro que debía ser otorgada a “la más hermosa” de las tres diosas: Atenea (diosa de la sabiduría y de la guerra), Hera (esposa de Zeus) o Afrodita (diosa del amor). Este es, por cierto, el origen de la expresión “la manzana de la discordia”. [Atended también a los paralelismos con cuentos populares como La bella durmiente]. Como las diosas no se ponían de acuerdo, Zeus decidió que fuera Paris, príncipe troyano, quien eligiera a la más hermosa. Cada una de las aspirantes defendió su causa y le prometió a Paris regalos diversos si era la elegida. Hera le prometió el gobierno de toda Asia; Atenea le ofreció la prudencia y la victoria en todos los combates y Afrodita, por último, le otorgó el amor de la mujer más bella, Helena de Esparta. Paris afirmó que Afrodita era la más hermosa.

El Juicio de Paris, Rubens (s. XVII)

Sin embargo, Helena era por entonces la esposa de Menelao, rey de Esparta y hermano de Agamenón, el gran rey de Micenas. Paris se presentó como huésped en Esparta y aprovechó la ausencia de Menelao para llevarse a Helena -con su consentimiento y un abundante tesoro- a Troya.
Menelao sintió el adulterio y el “rapto” de Helena como una afrenta contra su honor y su hombría -recordad que el mundo griego era patriarcal, y que la voluntad de las mujeres apenas se tenía en cuenta; además, la hospitalidad era toda una institución en la cultura griega y raptando a su mujer Paris se comporta como un pésimo huésped-. Los dos hermanos, Agamenón y Menelao, reunieron, pues, un ejército inmenso de griegos procedentes de diferentes reinos -que incluía a héroes como Aquiles, Odiseo, Diomedes, Áyax, Néstor...- y pusieron rumbo a Troya...

miércoles, 24 de octubre de 2018

LA ÉPICA GRIEGA (I): QUE CANTE EL AEDO



La Ilíada de Homero es el gran poema épico de la Literatura Occidental, si no de la Universal. Al igual que la Odisea, también de Homero, se fijó por escrito en su forma definitiva en torno al siglo V a. C. Sin embargo, parece que ambos poemas fueron compuestos en torno al siglo VIII a. C. por alguien al que la tradición llama Homero y que se habría servido de leyendas que ya existían previamente y que se habrían ido transmitiendo de modo oral.
La épica es un género popular, que responde a la necesidad y al gusto de la gente de toda época y condición por contar historias. Es, pues, un género narrativo. Como ya sabéis, el tema que se asocia con el género épico son las hazañas de héroes y guerreros. Estas hazañas eran cantadas en verso por aedos (del verbo griego ἀείδω, “cantar”), poetas ciegos -según se dice- que viajaban de aldea en aldea maravillando a sus oyentes.
Hoy en día el género épico apenas se cultiva, aunque pervive, en cierta manera, en el tono de historias fantásticas como El señor de los anillos. Aquí os dejo una muestra de la célebre versión cinematográfica de Peter Jackson.


Para una cultura como la nuestra, donde la memoria tiene cada vez un papel menor, puede resultar inconcebible que los aedos fueran capaces de memorizar y cantar sin apoyo alguno un caudal de versos como el de la Ilíada y la Odisea, pero los estudios de Milman Parry a comienzos del siglo XX demostraron que aún había en Serbia aedos capaces de tal hazaña. Los recursos mnemotécnicos eran similares:
1. Uso de fórmulas y epítetos de forma fija, que se repetían siempre en el mismo lugar del verso: “Aquiles, de pies ligeros”, “Hera, de blancos brazos”, “la Aurora, de dedos rosados”, “Odiseo, de muchos recursos”...
2. El ritmo dactílico. Ilíada y Odisea están compuestas en versos hexámetros, con una estructura fija:
ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉˉ/
De la misma manera que la melodía y el ritmo de una canción nos ayudan a memorizar su letra, así funcionaba el verso en los poemas.
Prestad atención a nuestras lecturas de pasajes homéricos. Ahora ya sabéis el porqué de tantas repeticiones. Con esto creo, os habéis hecho una idea de cómo se compusieron los poemas homéricos pero ¿qué hazañas contaban?

martes, 23 de octubre de 2018

UNA DE ARENGAS: ¡POR SAN CRISPÍN!



Redoblen los tambores y suenen los clarines, resuene el olifante y llame a la batalla, pues por aquí se asoma, amigos, el día de San Crispín. Es mañana, jueves 25 de octubre, y  celebramos el aniversario de la heroica batalla de Agincourt (1415), en la que un mermado ejército inglés comandado por Enrique V derrotó a las, en principio, muy superiores fuerzas francesas. 
Cuentan los libros de historia que la clave de tan inesperada victoria fue la destreza de los arqueros ingleses, más capaces que la caballería francesa, entorpecida por la lluvia y el barro. Sin embargo, el más célebre dramaturgo que en el mundo ha sido, William Shakespeare, le atribuye el mérito de la victoria a la arenga que, poco antes de la batalla, pronunció el mismo rey Enrique V ante sus desanimados hombres. 

Para aquellos que no sepáis lo que es una arenga, es lo que los horteras manuales de autoayuda llamarían discurso de motivación. Nosotros reivindicamos lo simple, así que nos quedamos, por supuesto, con el término arenga, y reivindicamos también la magia y el poder de la palabra, así que estamos encantados de darle a Shakespeare y a su locuaz Enrique V el crédito que la Historia le ha dado a la estrategia militar. Os dejo con Su Majestad, tal cual lo representa para la gran pantalla Sir Kenneth Branagh. 



En opinión de quien os habla, es esta la arenga más hermosa jamás escrita, pero, por supuesto, no la única. El cine, de hecho, está plagado de discursos de este tipo y aquí os dejo una selección que espero funcione como es debido y os inspire en vuestros particulares días de San Crispín.