Cerramos el jugoso ciclo
cretense de mitos y nos trasladamos al llamado mundo micénico, que se desarrolló en el II milenio a. C. y será punto de partida de relatos tan fantásticos,
o más, que los vistos hasta ahora. Si echáis un vistazo al mapa de Grecia , veréis que Micenas
está situada al Noreste de la península
del Peloponeso.
Micenas fue uno más de los
diferentes reinos en los que se organizó esta civilización, gobernado cada uno
de ellos por un rey con poderes absolutos. Los micénicos fueron un pueblo guerrero. De hecho, cuando se
encontraron los restos arqueológicos de esta civilización, se relacionaron con
los héroes que, según Homero, habrían participado en la guerra de Troya.
Schliemann, un arqueólogo muy peculiar, hasta bautizó una máscara que hallaron
como la máscara de Agamenón y algunas edificaciones funerarias recibieron los
nombres de tumba de Agamenón, Clitemnestra y Egisto, nombres con los que os
familiarizaréis en las próximas semanas.
Máscara de Agamenón |
El centro de estos reinos eran
palacios que se quemaron en los incendios
a los que se asocia el final de esta civilización, en torno al 1200 a. C. Y es aquí donde la cosa se
pone interesante, porque es precisamente gracias a esos incendios como han
llegado hasta nosotros las primeras
muestras de escritura griega. Los palacios eran los centros donde se
realizaba la administración del reino y los funcionarios de la época tomaban
nota de las operaciones comerciales, hacían inventario, etc. en pequeñas tablillas de arcilla. Estas tablillas
eran, para que nos entendamos, borradores. Después, la información se
trasladaba al papiro. Pero, como decíamos, en torno al 1200 a. C., los palacios
se incendiaron, no sabemos muy bien por qué -se ha hablado de invasiones-, los
papiros se quemaron y las tablillas de arcilla, que en principio eran simples
borradores, copias a sucio, se cocieron y se conservaron para nosotros. Irónico, ¿verdad?
Ejemplo de tablilla micénica y escritura Lineal B |
He hablado antes de “primeras
muestras de escritura griega”. Sin embargo, hizo falta mucho tiempo para
averiguar que la lengua de esas tablillas era griego, pues no están escritas en
el alfabeto que muy pronto aprenderéis. Están escritas en un silabario llamado Lineal B, que permaneció mucho, mucho tiempo sin descifrar. ¿Qué es un silabario? Es un sistema de
escritura donde cada elemento no representa una letra sino una sílaba. Pensad
que con el alfabeto nos basta conocer una veintena escasa de elementos para
poder construir con ellos infinitos mensajes. Con un silabario, en cambio, se
plantean mayores dificultades.
Aquí tenéis el silabario Lineal
B con su correspondiente equivalencia.
Junto con elementos que
representaban sílabas o silabogramas, había también ideogramas, que
representaban una imagen.
Estos últimos fueron de mucha
ayuda para descifrar el Lineal B. Así, por ejemplo, Alice Kober, una estudiosa norteamericana de principios del siglo
XX, llegó a la conclusión de que la lengua de las tablillas era flexiva; es
decir, que sus adjetivos expresaban género (masculino / femenino).
Sin embargo, hubo que esperar para el desciframiento a Michael Ventris, un arquitecto y antiguo piloto de la RAF, aficionado a las lenguas clásicas, que llegó a la conclusión de que las tablillas estaban escritas en griego. Corría el año 1953.
Alice Kober (1906-1950) |
Sin embargo, hubo que esperar para el desciframiento a Michael Ventris, un arquitecto y antiguo piloto de la RAF, aficionado a las lenguas clásicas, que llegó a la conclusión de que las tablillas estaban escritas en griego. Corría el año 1953.
Vuestra tarea para hoy es:
1.
Actualizar vuestro cuaderno con un breve resumen
sobre qué es el mundo micénico.
Debéis incluir de dónde toma su nombre, cuándo se desarrolló, alguna
característica mencionada sobre esa civilización y por qué es importante para
el conocimiento de la lengua griega. No deben faltar tampoco unas pocas líneas
sobre el desciframiento del Lineal B.
2. Seguir
jugando a descifradores y comprobad por vosotros mismos lo difícil que es leer las tablillas.
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