jueves, 20 de septiembre de 2018

A VUESTRA DERECHA... ¡GRECIA! (LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN GRIEGA)



Comenzamos nuestro recorrido por el mundo clásico con Grecia. Hoy en día Grecia es un país de la Unión Europea, bastante maltratado por esta, por cierto. En la Antigüedad, en cambio, Grecia no era un estado único, sino un conjunto, primero de reinos, y luego de ciudades-estado independientes (πόλεις, ‘póleis’), con sus propios gobiernos y leyes. 


El único punto común entre unas y otras era la lengua: el griego, que les permitía diferenciarse de los que no lo hablaban, los bárbaros (βάρβαροι, ‘barbaroi’). Esta última, por cierto, es una onomatopeya, es decir, una palabra cuya forma imita el sonido de lo que nombra. Igual que Charlie Brown y sus amigos mantienen conversaciones de lo más profundo cuando hablan entre ellos, pese a que tienen tan solo 8 años, pero escuchan un farfullar sin sentido cuando habla cualquier adulto, sobre todo su profesora, los griegos de la Antigüedad oían tan solo bar-bar-bar cuando oían una lengua que no fuera la suya.


Los orígenes de la cultura griega se hallan en la isla de Creta, donde entre el III y el II milenio a. C. se desarrolló la civilización minoica. ¿Qué es esto de minoico? ‘Minoico’ es un adjetivo derivado de Minos. Según el mito, la leyenda, Minos era el hijo del dios Zeus y de Europa. Para resolver la cuestión de quién debía ser el rey de Creta y probar que él, Minos, y no sus hermanos, tenía el apoyo de los dioses, rogó a Poseidón, dios del mar, que enviara un toro del mar y le prometió sacrificarlo en su honor. Poseidón envió el toro pero Minos quiso conservarlo. Poseidón, encolerizado por el incumplimiento de la promesa, hizo que Pasífae, esposa de Minos, desarrollara un amor monstruoso por el famoso toro. Se disfrazó de ternera y concibió -¡horror!- un ser mitad hombre, mitad toro, el Minotauro. Avergonzado, Minos ordenó a Dédalo que construyera un laberinto donde encerrar al monstruo: el laberinto de Cnosos. Allí vivía encerrado alimentándose de los jóvenes que la ciudad de Atenas mandaba cada año como tributo. De lo que le pasó al Minotauro hablaremos en los próximos días.
El caso es que cuando en el siglo XIX un arqueólogo llamado Arthur Evans desenterró en Cnosos (Creta) restos de un palacio que le recordó al laberinto del mito, decidió llamar a la cultura que desenterró civilización minoica.

Representación de la diosa madre, símbolo de la fertilidad

Fresco del palacio de Cnosos que representa el juego del salto del toro

Fresco de delfines, también del palacio de Cnosos


Palacio de Cnosos. La pintura es fruto de la reconstrucción polémica del palacio que hizo Arthur Evans


 
Arthur Evans
Y para que veáis que no os mentía cuando os decía que la cultura clásica está más presente en nuestro mundo de lo que creéis, aquí os dejo un ejemplo un tanto “casposo”, sacado de Humor Amarillo, un programa un tanto absurdo de mi niñez, allá por los cada vez más lejanos años ’90.



Vuestra tarea para el próximo día es:
1. explicar brevemente en la sección de “diario” de vuestro cuaderno qué fue la cultura minoica, dónde se situó, de dónde procede su nombre y, por supuesto, hacer un resumen del mito que aquí hemos contado. 
2. Acompañad el resumen del mito de un árbol genealógico donde quede claro quién es quién. Si os gusta dibujar, podéis acompañarlo de alguna ilustración.
3. Anotad también en la sección de léxico todas las palabras nuevas con su significado.

¡Nos vemos pronto con más historias truculentas y un pequeño desafío!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Salve! // χαίρε! // ¡Hola! Tu profesora de Cultura Clásica te da la bienvenida y te agradece, cómo no, la visita y tu intención de comentar. Recuerda, eso sí, que tus comentarios han de ser respetuosos y ajustarse a lo tratado en la entrada. ¡Ah! ¡Acuérdate de releer tu comentario y revisar la ortografía antes de enviarlo!
Gratias plurimas! // Ευχαριστώ πολύ // ¡Muchas gracias!