Veíamos el otro día cómo, según
la leyenda, Roma fue fundada por Rómulo en el 753 a. C en un enclave situado a orillas del río Tíber, en la
región del Lacio, y protegido por siete
colinas: Quirinal, Viminal, Esquilino, Celio, Aventino, Palatino y Capitolio.
La Historia de Roma se divide
en tres grandes etapas según su
régimen político:
- Monarquía (753-509 a. C.) (< gr. μόνος-ἀρχή: ‘gobierno de uno solo’)
- República (509-27 a. C.) (< lat. res publica: ‘cosa pública’)
- Imperio (27 a. C.-476 d. C.) (< lat. imperium: ‘mando militar absoluto’)
A lo largo del curso, veremos
algunos de los episodios más célebres de cada una de estas etapas. Empecemos,
pues, por la monarquía.
El primer rey de Roma fue
Rómulo, su fundador, que tuvo, desde muy pronto, la intención de hacer
prosperar la nueva ciudad.
Sin embargo, no había en la partida de Rómulo mujeres
con las que los romanos pudieran formar sus familias. Invitaron, pues, a los sabinos, un pueblo vecino, a un gran
banquete y, mientras estos estaban de celebración, los romanos raptaron a sus esposas, mujeres e hijas. Se inició
entonces una guerra entre ambos pueblos, uno de cuyos episodios más célebres
tiene por protagonista a la joven Tarpeya.
Según el relato de Tito Livio, la joven Tarpeya era hija del oficial al mando de la guarnición
romana y se comprometió a traicionar a su pueblo y facilitar el paso a los
sabinos a cambio de lo que estos llevaban en el brazo izquierdo. Creía, ingenua
ella, que iba a recibir los brazaletes de oro, cuando lo que obtuvo a cambio de
su traición fue la muerte, aplastada
por el peso de los escudos que los sabinos portaban también con la zurda. Su
nombre se convirtió en el de la roca
desde la que, desde entonces, los romanos arrojaron a todos los traidores.
En cuanto a la guerra, las propias sabinas raptadas,
hartas de ver cómo sus padres, hermanos y “maridos” se daban muerte unos a
otros, le pusieron fin, tal como se representa en el cuadro que podéis ver a
continuación.
"El rapto de las sabinas", J. L. David (1799) |
Rómulo y Tito Tacio, líder de los sabinos, iniciaron
un reinado conjunto. La muerte de este último dejó a Rómulo como único rey.
Tras muchos años de reinado, Rómulo desapareció durante una noche de tormenta.
Según la leyenda, fue arrebatado por los dioses, que lo convirtieron en el dios
Quirino.
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